jueves, 6 de diciembre de 2012

El efecto Dzhanibekov sobre la rotación de objetos no simétricos en ingravidez

Cuando vi los vídeos que adjunto lo primero que me vino a la cabeza fue que la Tierra, el planeta donde vivimos, es un objeto no simétrico que gira en ingravidez. Realmente la Tierra es un cuerpo no simétrico espacialmente ya que tanto su superficie como su interior contiene irregularidades en densidad que lo convierten en tal. Los objetos que vemos rotar en los vídeos son asimétricos, aunque con un cierto grado de asimetría y quizá la diferencia más importante sea la de que rotan en un espacio rodeado de una atmósfera, quizá una estación espacial, mientras que la Tierra lo hace en el vacío del espacio. Quizá esta diferencia sea importante ya que lo único que les frena es la fricción con el aire y sea eso lo que les causa la inestabilidad, mientras que la Tierra carece de esa fricción, pero no conozco estudios sobre este efecto físico que permitan predecir el comportamiento en función de diversos parámetros tales como masa, volumen, momento de inercia, velocidad de rotación, fricción con el aire, etc. Los objetos que rotando en ingravidez viran 180º su eje de giro, da la impresión de que se toman unas 3 revoluciones de su rotación para efectuar el cambio ... ¿los 3 días de oscuridad?. Si eso le ocurriera a la Tierra, esa oscuridad sería solo para uno de los hemisferios, el otro hemisferio tendría 3 días de luz permanente, hasta que se complete el cambio, y una vez completado el polo sur miraría hacia donde antes miraba el polo norte y viceversa. El solsticio de invierno se convertiría en solsticio de verano y viceversa en ambos hemisferios. Lo que ocurriría con los elementos fluidos del planeta, tales como como la atmósfera y los mares y océanos, es para mi un misterio. Si siguen manteniendo la inercia que tenían antes de iniciarse el cambio, se producirían huracanes devastadores y los maremotos serían de órdenes de magnitud de kilómetros de altura; los océanos invadirían la totalidad de los continentes. Sin embargo me inclino más a pensar que todas las partículas del planeta, tanto las que están sólidamente unidas como las fluidas tenderían a efectuar el cambio al unísono, porque no se trata de una fuerza exterior la que tienda a efectuar el viraje del eje de rotación, sino de algo que implica a la totalidad de las partículas del planeta, similar a lo que ocurre en la vida cotidiana con la rotación de la Tierra, que al rotar todo en conjunto a la vez, los pobladores del planeta no notamos nada. Sin embargo un cambio brusco de pasar de estar en el solsticio de invierno y vernos de nuevo en el solsticio de verano en tan solo tres días, implica unos cambios térmicos bruscos en la atmósfera en muy poco tiempo, lo que podría implicar tormentas y huracanes de cierta magnitud. Ojalá que no ocurra nada de esto, porque menudo susto que nos íbamos a dar al ver que el día 22 el Sol no sale para los de un hemisferio y que no se pone para los de otro. El susto sería de tal magnitud que la gente saldría en masa a rezar a las calles y acaso implique ese cambio de conciencia del que tanto nos hablan. A ver si acabamos con la dictadura mundial así.

2 comentarios:

  1. Si este efecto ocurriese a nivel planetario sería un completo desastre de proporciones, los mares invadiendo tierra firme, terremotos por todas partes, etc.
    Personalmente creo que el giróscopo que posee nuestro planeta "el núcleo" lo estabiliza, de no ser así veríamos el mismo efecto en otros planetas, no ha ocurrido en ninguno de nuestros vecinos cercanos, por lo tanto no creo que sea posible que pase en el nuestro.

    ResponderEliminar
  2. Pues es algo que creo tampoco podemos afirmar porque el espacio muestral de planetas que la ciencia humana es capaz de observar con cierta precisión como para saber si el efecto se produce o no es muy pequeño (restringido solo a nuestro sistema solar por ahora). Y el tiempo transcurrido en nuestra observación es un instante cósmico. Yo creo que las condiciones en las que se produce el efecto, una una zona ingrávida pero con atmósfera, una asimetría esférica muy distinta y una composición sólida en un caso y semisólida para la Tierra, que tiene un Núcleo líquido y mares, océanos y Atmósfera, un Manto fluido pastoso y una Corteza y unas Placas Tectónicas sólidas, son los causantes de que el efecto no se produzca en los cuerpos celestes.

    Si el efecto se hubiera dado alguna vez a lo largo de la historia de nuestro planeta, ¿habría sido capaz la Ciencia de diferenciar sus efectos apocalipticos de los que genera el choque con un asteroide de suficiente dimensión?.

    Deberían simular en la ISS (para estar en ingravidez) unas condiciones similares, es decir coger un objeto no completamente sólido (por ejemplo un huevo, que tiene una yema y una clara líquidas) y hacerlo rotar a ver qué ocurre, si su eje de rotación ejecuta ese cambio brusco de Π radianes al cabo de unas cuantas revoluciones sobre si mismo. Me pongo a pensar sobre un efecto curioso que sirve para saber si un huevo está o no cocido sin necesidad de romper su cáscara, que es hacerlo rotar como una peonza, si está cocido rota con normalidad, pero si está crudo no lo hace bien y se frena rápidamente por el efecto de su interior líquido. El huevo cocido al girar actua como un giróscopo y mantiene estable el eje de giro, sin embargo el huevo crudo no se comporta como un giróscopco y su eje de giro es inestable; esto me hace pensar que el núcleo de la Tierra, al ser líquido, no debería hacer comportarse al planeta como un giróscopo estabilizando su eje de giro. Aunque también es verdad que con el transcurso del tiempo cósmico tienden a estabilizarse las fuerzas y los líquidos ya no se desplazan por el giro del planeta, es como haber salido del régimen transitorio y entrar en régimen permanente.

    Nos podemos imaginar qué pasaría por ejemplo con un cubo lleno de agua al que hacemos girar sobre su eje vertical de simetría; al principio, durante el régimen transitorio, si no empezamos a girar despacio, el agua se saldría del cubo por efecto de la fuerza centrífuga, pero al cabo de un tiempo, alcanzado el régimen permanente, el agua quedaría con una superficie no horizontal y tendería a ser más alto su borde en la zona periférica por efecto de la fuerza centrífuga, pero ya en régimen permanente debería quedar estable. Es lo mismo que cuando hacemos girar un líquido en un vaso con una cucharilla.

    Finalmente pienso que aunque efectivamente nuestro planeta es un cuerpo asimétrico espacialmente, sin embargo su grado de asimetría no es muy grande ya que el paso de los eones y la gravedad han hecho que así fuera, por lo que esa puede ser la razón fundamental de que el efecto no se produzca en los cuerpos celestes.

    ResponderEliminar